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¡Hola, padres y madres increíbles! Soy Ana y hoy quiero hablarles de algo que considero fundamental en la educación de nuestros pequeños tesoros: aprender a ser amable. En un mundo que a veces parece moverse a un ritmo vertiginoso, enseñar a nuestros niños y niñas a ser amables es como regalarles una super poderosa capa de empatía y compasión que los acompañará toda la vida. Así que, ¡vamos a descubrir juntos cómo cultivar esta hermosa cualidad en nuestros hijos!

1. Sé un Modelo a Seguir

Las niñas y los niños para aprender a ser amable observan más que escuchan. Así que, mamás y papás, seamos ejemplos vivos de amabilidad. Cuando ven que tratamos a los demás con gentileza, están más inclinados a imitar ese comportamiento. ¡Os cuento una anécdota! Desde bebés he porteado a mi hijo y a mi hija, incluso cuando dormían, así que he sido fiel ejemplo de lo que aprendían. Fue sin darme cuenta, de esa manera, como integraron el dar los buenos días y las gracias en su corto lenguaje. Di valor a las palabras de mis hijos cuando una vecina se rió y me dijo: ¡qué gracioso, cómo su madre saludando!

2. El Poder de las Palabras

«Por favor» y «gracias» son las palabras mágicas que todos conocemos. Pero también enseñemos a nuestros pequeños a decir «lo siento» cuando se equivocan y «te ayudo» cuando alguien necesita ayuda. Las palabras tienen el poder de sanar corazones y construir puentes entre las personas. En este caso, os repito, seremos sus ejemplos. Van a aprenderlo antes por imitación que por obligación. Para ello, os podéis apoyar mucho en los cuentos recomendable para bebés como este.

3. La Emoción de Comprender y aprender a ser amable

Fomentemos la empatía. Ayudemos a nuestros hijos a entender cómo se sienten los demás y por qué. Preguntemos cosas como: «¿Cómo crees que se siente tu amigo ahora?». Esto desarrolla la habilidad de ponerse en el lugar del otro, un pilar fundamental de la amabilidad. Otra pregunta que intento integrar en su día a día es: “Te entiendo y te comprendo, ¿cómo puedo ayudarte? Mi mimoso mayor en alguna ocasión me ha visto triste o sobre pasada con algo y se ha acercado a mi repitiendo estas mismas palabras.

¡Consejo! Siembra para recoger con el tiempo y ten mucha paciencia.

4. Pequeños Actos de Bondad

Los gestos pequeños pueden hacer una gran diferencia. Dejar que alguien pase primero, ayudar a recoger algo que se ha caído o simplemente regalar una sonrisa pueden iluminar el día de alguien. Enséñales que incluso las acciones más pequeñas cuentan.

Dar sin esperar nada a cambio, da más satisfacción personal que cualquier otra cosa. Pero no se lo digas, demuéstraselo, que te vea sonreír y tratar bien a los demás. Y que además valore cada día que vea a la limpiadora de tu casa que es gracias a ella por quien podemos disfrutar de una casa limpia y al mismo tiempo invertir el tiempo en otras cosas.

5. La Importancia de Compartir para aprender a ser amable

Aprender a compartir es una lección clásica pero crucial. Enseñemos a nuestros niños a compartir juguetes, tiempo y afecto. Esto crea un sentido de comunidad y construye lazos fuertes entre amigos y familiares. En mi caso, siempre intento transmitirles a mi hijo e hija que todo lo que hay en casa es de todos y todas.

6. Celebrar la Diversidad

La amabilidad se extiende más allá de las fronteras y las diferencias. Celebremos la diversidad y enseñemos a nuestros hijos a respetar y ser amables con personas de diferentes culturas, religiones y antecedentes.

Recuerden, aprender a ser amable no solo enriquece las vidas de nuestros hijos, sino que también beneficia a los demás. Así que, padres y madres, sigamos siendo faros de amabilidad y guiemos a nuestros pequeños en este maravilloso viaje de aprender a ser amables.

Con amor y amabilidad infinita,

Ana ✨

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