¡Hola Mimosos! Hoy os traigo historias de nuestro viaje familiar, donde el amor y la crianza feliz y consciente se entrelazan de manera hermosa y, a veces, caótica.
1. Conectar a través de las noches estrelladas
Nuestra tradición favorita: salir a la terraza por las noches, observar las estrellas y contar historias. Un momento mágico para conectarnos como familia y fomentar la imaginación de los peques. Vivimos en un pueblo andaluz con poca contaminación lumínica, cerca de la playa. Enseñarles que la oscuridad de la noche nos regala paisajes maravillosos es un regalo.
2. La lección de las tormentas
En una tormenta, aprendimos que, como la vida, tiene sus altibajos. Con paciencia y comprensión, creamos un refugio emocional para nuestros hijos, enseñándoles que incluso en los días grises, el amor brilla. Les recomiendo la película «Elemental» y trabajar con algo gráfico sobre las consecuencias de no controlar las emociones.
3. Consejos para la crianza feliz y consciente
a. Practica la escucha activa
Dedica tiempo diario para escuchar realmente a tus hijos. Sus pensamientos y emociones merecen ser reconocidos. Aunque la vida sea agitada, buscar momentos para prestarles atención plena, como durante las comidas, crea conexiones significativas.
b. Abraza la rutina, pero sé flexible
Las rutinas brindan estabilidad, pero ser flexible también es importante. Aprovechamos las siestas fuera de casa para crear experiencias inesperadas, merendando en lugares diferentes o explorando nuevos parques.
c. Modela la empatía
Los niños aprenden observando. Practica la empatía y el respeto, verás cómo se refleja en su comportamiento. Son esponjas, y nuestro ejemplo habla más que las repeticiones.
d. Celebra los pequeños logros
Desde las primeras palabras hasta las conquistas escolares, celebra cada logro. Transmitir amor y confianza construye una base sólida de autoestima, incluso para los más pequeños.
e. Encuentra tiempo para el autocuidado
Una madre equilibrada cría niños equilibrados. No olvides cuidarte. Encuentra momentos en el día para tu autocuidado, incluso si no es todos los días, esos pequeños momentos son valiosos.
La crianza feliz y consciente es un viaje único, lleno de aprendizajes y crecimiento mutuo. En nuestra travesía, hemos descubierto que el amor familiar es la brújula que nos guía. ¡Espero que estos consejos y relatos resuenen en sus propias experiencias familiares!
Un abrazo, Ana✨