¡Hola a todas las familias mimosas! Si lleváis tiempo por aquí, me conoceréis. Soy Ana y el tema que quiero tocar hoy me apasiona un montón. Vamos a hablar del juego, algo que hay que tomar muy en serio. ¿Por qué? Porque cuando un niño o niña juega, no está perdiendo el tiempo ni mucho menos. A veces los papás les demos cosas para mantenerlos entretenidos, sin embargo ellos no aceptan cualquier cosa. Se aburren pronto si no les engancha, ¡y eso es porque para ellos el juego es cosa seria!
No están jugando para ser científicos en el futuro ni genios de las matemáticas gracias a los juegos. El juego es relevante por lo que es ahora, por lo que pasa en ese momento, por lo que les permite ser, como quieran y de la manera que quieran. En mis talleres, en la tienda o en las charlas que tenemos, siempre insisto en algo: debemos ser sus guías, acompañar en el proceso, pero sin definir ni limitar.
Vamos a entrar en detalles sobre algunos productos que me chiflan y, al mismo tiempo, os contaré su parte educativa sin poner restricciones.
Productos educativos 1: Juguetes que pasan de generación en generación
Los productos educativos son más que simples objetos. Son regalos que perduran en el tiempo. A través de ellos, nuestros pequeños construyen recuerdos y aprendizajes que llevan consigo para siempre. Cada juguete es una pequeña joya que atesorarán en su corazón. Os sugiero algo que se pase de generación en generación, como por ejemplo, rebana la zanahoria (que, al ser de madera sostenible, es genial), o un yoyó. Por lo general, estos juguetes están hechos con materiales de calidad y respetuosos con el planeta. Esto no solo asegura que duren, sino que también fomentan valores de cuidado hacia el mundo. Cuidar el planeta mientras jugamos es una lección que vale mucho.
Productos educativos 2: Juegos de construcción
Como las piezas de «Meli», al ser juegos de encaje, dan rienda suelta a la imaginación. También son geniales para mejorar la concentración, reducir la frustración y desarrollar el pensamiento lógico-matemático, además de ampliar la visión espacial. Ya que hay tres tamaños disponibles, es un material que funciona para pequeños desde temprana edad hasta adultos.
Productos educativos 3: Puzzles o juegos de lógica
Este es otro de mis favoritos, os lo recomiendo a tope. Hay una variedad gigante, desde rompecabezas de pocas piezas para bebés de meses hasta adultos, y para hacer en familia son ideales. No solo mejoran la coordinación, sino también la concentración, la creatividad, la capacidad de concentración, la memoria visual y mucho más. Vamos, es un paquete completísimo.
Productos educativos 4: Mesas de luz o tabletas de luz
Y para terminar, ¡pero no por ello menos importante! Mis tops son las mesas de luz o las tabletas de luz. Son funcionales y vienen en diferentes tamaños, desde grandes hasta portátiles. Con ellas, se pueden desarrollar muchas habilidades: creatividad, calcar dibujos, mejorar el pulso, concentración, hacer actividades relajantes, leer cuentos, dibujar en arena y hasta practicar la escritura con las manos.
En resumen, los juguetes educativos son nuestros mejores aliados en la crianza de nuestros pequeños. Con ellos, aprender se convierte en una aventura llena de risas y descubrimientos. ¡Vamos a abrazar la magia del juego educativo y crecer juntos, aprendiendo en cada paso! No olvidéis preguntarme, mandarme un mensaje o contarme cómo les va.
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